Moverse no por obligación, moverse no por necesidad, moverse porque uno quiere es una de las cosas que mejor le puede pasar a un niño.

Por lo general estamos acostumbrados a ver a los niños con una energía inagotable y no cuesta mucho, cuando se les sugiere hacer alguna actividad física, que la realicen, pero puede pasar que les propongas una actividad que requiera moverse y se sientan obligados y sin ganas. El truco está en hacer esas dinámicas divertidas y que los campers no se den cuenta que se requiere un esfuerzo. Esto se consigue mediante juegos o retos en los que se precisa no sólo moverse sino también una actividad mental que es la que hace que el pensamiento se centre más en la resolución de lo planteado que en lo cansado que pueda sentirse.

Durante el campamento presentamos a los campers diferentes dinámicas con las que conseguimos no sólo que se lo pasen bien sino también que se muevan y tengan agilidad mental.


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