Podríamos decir que todas las quincenas son iguales, vienen niños y se van, pero no, ninguna quincena se parece a otra. ¿Peculiaridad? que los niños son diferentes y cada uno de ellos aprende en nuestro camp tanto como nosotros aprendemos de ellos. ¿Aprender de un niño?, pues sí, a algunos les podría sorprender pero es verdad. El conocerles, el tratarles, el saber sus circunstancias, sus inquietudes, sus virtudes... en definitiva, empatizar con ellos, nos hace crecer por dentro. Les mostramos nuestro cariño y cercanía que son siempre, más tarde o más temprano correspondido.
Ayer, para despedir el camp, celebramos nuestra tradicional fiesta. Lo pasamos genial con los campers. Algunos de ellos nos deleitaron con increíbles coreografías. Tras la elección de Miss y Mister seguimos bailando. ¡Quién les iba a decir a algunos de ellos, que se irían de aquí bailando y riendo!
Hoy decimos ya adiós a esta magnífica quincena. En nosotros ha quedado el cariño de los niños y esperamos que ellos se lleven mucho más.
Os echaremos de menos y, hasta que nos volvamos a ver, que os vaya bien y sigáis disfrutando aprendiendo. BYE!!