Desde GMR summer camps, damos la enhorabuena al riosellano y pontevedrés Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza ganadores de la 80º edición del descenso del río Sella celebrada el pasado 6 de agosto. El origen del descenso se remonta a 1929 cuando Dionisio de la Huerta quiso hacer una travesía en piragua por el río junto a unos amigos. Ya en 1951 toma carácter internacional al haber inscritos piragüistas extranjeros.
Cinco días después de la celebración, nuestros acampados pudieron comprobar que aunque el recorrido sea a primera vista sencillo, se hace duro debido a su longitud, nada menos que 20 kms, a lo que hay que añadir los rápidos que tiene el río Sella, así como el cambiante nivel de sus aguas.
En nuestro caso fue menor el recorrido ya que decidimos disfrutar del paisaje y de las aguas que proponernos batir un record. Tras una parada a medio camino para comer, pusimos fin a la travesía antes de llegar a Torañu.
Los monitores y profesores de inglés del campamento disfrutaron acompañando a los niños en esta excursión. El día fue perfecto, el paisaje un paraíso natural y la actividad una experiencia única. Una inmersión lingüística y acuática a la vez.
Os trascribimos los versos que compuso Don Dioniso de la Huerta y con los que tras su lectura, se da salida a los palistas.
Guarde el público silencio(bis)
y escuche nuestra palabra (bis)
De orden de Don Pelayo
después de medir las aguas,
presidiendo el dios Neptuno
los actos de esta olimpiada,
con las "novias", los tritones,
el cañón, los centauros y Pialla,
nuevamente se autoriza, en Arriondas,
la carrera de piraguas.
Y cuando demos los vivas
que el reglamento nos manda,
contesten todos a coro,
enronquezcan las gargantas,
que es fiesta de toda Asturias
la fiesta de las piraguas.
Mas si alguno tiene cerca,
una chavalina guapa,
que no la pierda de vista
ni deje de vigilarla;
y, si de veras le gusta,
comience ya a enamorarla,
porque es tradición que en Llovio,
al final de esta jornada,
cuando de las siete en punto
resuenen las campanadas,
a las mozas que lo quieran y se dejen,
Don Pelayo da permiso
para poder abrazarlas.
Y si luego, andando el tiempo,
vamos al cura y nos casa,
con los neños que tengamos
vendremos a las Piraguas
con los collares de flores
y las monteras terciadas,
que no hay fiesta más alegre,
ni más movida y galana,
ni con más bello paisaje,
ni esencia más asturiana.
Cantadlo con toda el alma,
que resuene en todo el valle,
¡Asturias Patria Querida!
el himno de las Piraguas.
¡Hasta la próxima Asturias!