La permanencia de los campers de al menos dos semanas en el camp, hace que tengamos que establecer unas normas de convivencia, normas que se les indican a los niños nada más empezar el campamento y que solemos recordar a lo largo de la estancia para que no se les olvide. Entre otras está recoger la habitación, apagar las luces cuando se vayan de la cabaña, guardar silencio cuando los profesores o monitores lo indica, seguir el turno que te marcan en juegos o el comedor, no molestar a compañeros… pero ¿qué sucede cuando alguna de estas normas son incumplidas?.
Los niños son niños allí donde vayan, y como tales así se comportan. La mayoría de las veces las respetan pero otras en cambio, por desidia, despiste o excitación las incumplen. En el camp no existen castigos sino consecuencias y son más capaces de comprender el condicional, por ejemplo: “Si no os calláis entonces tendremos que ir más tarde al snack” que si decimos "Si no os calláis no se os da snack". De esta forma mostramos a los niños la importancia de sus actos y los efectos que ellos pueden producir al resto de los compañeros en algunos casos.
Incentivamos la responsabilidad y la autonomía, "tú eres consciente de tus actos, tú eres responsable de ellos". Si por algún motivo se enrabietan o se han sentido molestos con algún compañero, esperamos a que se tranquilicen y conversamos con ellos sobre los acontecimientos intentando dilucidar lo que ha pasado para sacar conclusiones y ser consecuentes. Es el día a día que seguramente muchos padres y tutores han experimentado en alguna ocasión.
En definitiva no sólo queremos enseñar a los niños inglés, si no también mostrarles la idea de una vida en sociedad en la que se establecen unas normas de convivencia para bien de todos y en el que ellos también pueden tener la palabra para revocarlas si tienen argumentos.