Un niño bilingüe no se consigue de la noche a la mañana. Si tu hijo no goza del privilegio de vivir en un hogar de padres bilingües no te preocupes. Las fronteras familiares no es el único lugar donde se puede aprender bien un segundo idioma.
Por ejemplo, en el colegio o en los campamentos bilingües es posible conseguir que vuestro hijo se vaya familiarizando poco a poco y de manera consciente a través de la Escucha, el habla, la lectura y la escritura es parte del proceso para que se hagan bilingües.
Eso sí, los padres deben apoyar en casa esa inversión una vez que acaban la inmersión lingüística a través de la televisión y los libros que se le compra. Los expertos recomiendan incentivarles desde muy pequeños para que se convierta en un aprendizaje natural y no forzado.
En este proceso resulta capital enseñarles con paciencia, interés y cariño, sin estos tres factores no lo interiorizan de igual manera. Tareas dinámicas que les obliguen a expresarse.
Hay momentos en que los padres (en el comienzo de su aprendizaje más temprano) sentirán que el niño puede llegar a confundir o mezclar palabras o estructuras de ambos idiomas, ante este hecho no se alarmen, es natural, ese tipo de confusiones se van limando con el tiempo, conforme el niño va adquiriendo conciencia de su aprendizaje y qué significa cada cual.
Ventajas de ser bilingüe desde pequeño
Los niños expuestos a varios idiomas son más creativos y resuelven ciertos problemas con mayor soltura. Si el niño comienza interiorizando la diferencia y estructura entre ambos idiomas podrá posteriormente, en su etapa adulta, aprender con mucha mayor rapidez.
La clave del aprendizaje se encuentra en que nunca se le debe obligar, sino ir estimulándole poco a poco. Que lo que le rodea le fuerce a familiarizarse con la lengua. Viajar pasados unos años les será más fácil con esta serie de consejos.