Aprender una lengua extranjera requiere de la coordinación de una serie de habilidades comunicativas que no deben ser descuidadas: auditiva, comprensión de la lectura, expresión oral y escrita, las cuales deben ser practicadas de forma permanente.

Hasta la edad de los 16 años, los niños deben asimilar de forma espontánea, el aprendizaje es muy visual y sonoro, por lo que el uso de maetriales visuales o auditivos para apoyar el proceso de asimilación siempre les será de gran utilidad.

Los campamentos de verano pretenden hacer frente a esta necesidad de aprendizaje haciendo que el alumno se integre a través una comunidad, en la que a través de un sistema dinámico y social se les empuja a dar el primer paso para que el inglés se les vuelva necesario gracias a un contexto comunicativo que se les vuelve necesario y que posteriormente tendrán que desarrollar para la vida real.

Los profesores nativos asumen en quince días la obligación y compromiso de incorporar en el trabajo del aula música, textos y juegos en una comunidad reducida. En este sentido, se vuelve fundamental arriesgarse y perder el miedo al error, pues con miedo es muy difícil expresarse y asimilar.

No se obsesione con la idea de que no aprenderá en un intervalo de tiempo tan corto, se trata de ir preparándolos para el día del mañana e ir disminuyendo los miedos de relacionarse en sociedad y practicar un nuevo idioma en un contexto desconocido.


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